viernes, 12 de agosto de 2011

Camino hacia ti

Aun no termino de empacar, pensé que esta vez sería más fácil.

A veces pienso que no se si quiera donde debo estar realmente, pero de lo que estoy segura es que esta vez también lograré atrapar un sueño.

Es común en mi llevar más ropa de la necesaria, pero esta vez si me demora pensar y discernir en que va y que no, pues solo debo llevar una maleta. Igual llevaré la más grande.

En el bolso lo primordial: mi agenda, p.h, lentes de sol, documentos, la cámara que espero que llegué a tiempo y tal vez el celular, aunque no debería pues no creo que pueda usarlo. Hoy desperté muy temprano, y créanme no fue por empacar…

Se me quito el sueño, así de porrazo como si hubiesen vertido sobre mí un vaso de agua. Desperté asustada, algo confundida, pensando en que sería mejor no llevar el álbum de fotos conmigo. “Los mejores recuerdos están en mi memoria, aparte hay muchas fotos que no llegue a revelar, imágenes que ni si quiera están en el ordenador, ya sea porque las borre o porque jamás se pudieron descargar…” asentí.

Segundos después sonó el teléfono, ¡rayos! Como odio que ese maldito sonido acabe con los más placenteros de mis sueños. Claro, que si lo que hubiese sonado fuese mi celular, no hubiese hallado mayor problema, estoy acostumbrada a que suene a cualquier hora.

Al poco rato, me avisan: Hay una llamada para ti, ¿vas a contestar o aun vas a dormir?, que chistosos me despierta el sonido del teléfono, gritan mi nombre tres veces y preguntan vas a tomar la llamada jajaja

¿Aló?, se escucha un silencio prominente. Como detesto que llamen y se queden escuchando sin pronunciar mayor palabra, lo odio tanto o más como que me timbren de retenido, por eso casi nunca contesto esas llamadas. ¿Quién habla? Digo de mala gana. ¿Maribel?, yo ¡sí!, ¿Quién eres?... De nuevo ese silencio.

¿Vas a venir? Ya te decidiste, ¿ya te soltaron? Reí a más no poder, ¡idiota! ¿Porque te quedas callado ah? Y ya no seas payaso porque sueles pensar que “algo” o “alguien”, me impediría seguir con algo que ya había decidido y que tenía que hacer porque sí… ¿Por qué te conozco será? (Recordé tanto la frase de Christian: No te conoceré…)

Malhumorada aun le confirme: Si, si voy en un toque hago mi maleta. Está bien entonces, confirmas tu hora de salida para calcular y poder ir te a recoger, eres nueva en esto. Solo falta que te pierdas a propósito (risas).

Colgué el auricular, intente volver a mi cama, conciliar el sueño pero se me hizo imposible. Saque mi ropa del closet, recordé que antes de las seis tengo que recoger mis abrigos, y lo demás que se imaginan que debería llevar en una maleta sigue tendido sobre mi cama. Creo que es más fácil llegar e ir de compras a llevar demasiado bulto, es la primera vez que pienso así.

Las veces que he viajado, minutos antes de embarcarme siempre me lleno de congoja. No sé si sea porque siempre que voy a un nuevo lugar voy con un propósito, en busca de libertar, a querer respirar, queriendo encontrar mi paz interior o porque me alejo de personas a las que estimo.

Al final una vez que me encuentro halla no quiero regresar. Y me pongo a cantar “Nada es para siempre” del cuero de mi Luis Fonsi. Odio despedirme, porque siempre hay alguien a quien no suelo ver o porque se ponen a llorar y terminar por hacerme sentir mal al preguntar ¿Regresaras? Y con ello recuerdo que cada vez falta menos para estar lejos de todos.

En el 2009 cumplí uno de mis mas grandes deseos, viajar con cinco personitas a las que adoro. Lamentablemente mi felicidad fue en un 99.9% porque yo llegué y el “coqueto” ya estaba rumbo a Occidente. ¿Se tenían que ir la misma fecha? Eso me friqueo horrible, y desde ese momento hasta hoy se me metió en la cabeza que el día que retornen también lo harán en la misma fecha, ojala yo aun este acá.

Como te extrañe, ¡Carajo! Es que si pudiera describirte, la palabra seria magnifico, pese a que siempre elijes el camino más fácil. Aunque conversamos por video llamada una que otra vez; extrañe y extraño: bailar contigo, charlar, beber y escuchar tus sandeces cuando estas ebrio. Siempre me identifique contigo, logras hacerme reír hasta llorar, aunque creo que ya deben saber que rio y lloro por todo ¿no?, lo raro fuese que no lo hiciera.

Cada que se acercaba la fecha de mi regreso tú eras el culpable de mis lagrimas por tus sugerencias: ¿Para qué te vas a ir?, ¿Qué haces allá?, quédate a vivir por acá, todo es más fácil aquí y ese año aunque no estuviste, igual me despedí entre sollozos, quizás por miedo a enfrentar la realidad que me esperaba o por querer correrme de mis propias decisiones, por miedo a errar.

Sin embargo, quién diría que la última vez que te vi llorar, que me abrazaste y te lleve a rastras a tu casa en el 2006 o 2007 ya no recuerdo; sería una de despedida. “Eras el hombre perfecto pero tienes un solo defecto, no eres soltero.” Pensé encontrarte pero no te hallé más y se que pasaran muchos años para volvernos a encontrar, para decirte “jugador” acá estoy.

¿Este viaje será diferente? Quizás sea distinto, no porque esta vez también estés ausente compañero, sino porque años atrás esperaba estar lejos para empezar con lo que me había planteado. “Hay batallas que no dan tregua a mi ser”. En cambio ahora, hace semanas que ya empecé a encaminar lo que quiero lograr.

Regresando al presente y a mi próximo viaje, por primera vez en mi casa nadie aparte de mi madre ha notado lo ansiosa que estoy por ir a darte el alcance. Hace unos días te mencionó me dijo: Si estuviera aquí ¿todo sería diferente?, el se encargaría de hacerte feliz acá o allá, cuanta falta nos hace, quizás ni tiempo para ver a nadie tendrías porque te estaría llevando a conocer por todos lados, como cuando eras una niña.

Y no creo que se equivoque, siempre fui parte de ti; pese a esa mujer, pese a todos ellos, aprovechaste al máximo el tiempo que pudimos estar cerca y pese a que por meses intente encontrarle una explicación a esta distancia, hoy se que fue lo mejor para ti.

Al fin y al cabo estas aquí y allá, en todos lados y en ninguno. Y si no me acerque antes no sé, quizás es porque desde esa vez que sonó el teléfono para avisar que ya no nos veríamos, que ya estabas lejos… empecé a sentir que es extrañar. Hoy extraño, recuerdo y añoró momentos memorables, no solo los que vivimos juntos sino en casi todos los ámbitos de mi vida.

Hay muchas personas que me critican por ello, si él también decía cuando no, siempre tienes que extrañar algo, siempre quieres saber de alguien que no vez hace mucho y me daba la sensación como si tener presente el pasado fuera malo. No obstante, hoy compendio que no, porque son esos recuerdos los que alimentan mi ser cada día.

Lo bueno me da fortaleza y lo malo, aquello que busque arrancar de mí y poco a poco se va disipando cada vez más rápido de mi mente, me ayuda a no tropezar de nuevo con la misma piedra y así hago que jamás vuelva a interferir en mi camino. “Ya no navego sin razones en el mar de los porque”

Han pasado casi 730 días, se que la ultima vez no pude verte o mejor dicho no quise, no me di el tiempo. Ahora voy a tu encuentro, así tenga que caminar sola hacia ti, así me pierda y tenga que recurrir a extranjeros para preguntar que camino debo seguir, pero voy a llegar.

Es la primera vez que viajo sola, ¿debería estar nerviosa? La última vez que viaje fue hace 14 meses, sin embargo los mejores recuerdos que tengo son del viaje junto a mis hermanas en el 2009, con las que disfrute a morir y esa vez como tantas otras, al retornar me derrumbe mientras enterraba memorias entre las montañas.

Mi hermana me veía mal, y no sabía si abrazarme o llorar conmigo pues a ella no le había ido nada bien estando en Lima, sabíamos que era cuestión de horas y que el problema tenía que ser resuelto en el acto. Lo mejor era hacer las cosas por decisión, no por presión, ni por dejar que pase la tormenta, esperanzándonos en resultados que no tenían sentido.

Pero bueno ella tan ingeniosa optó por recordar la borrachera que nos pegamos los dos últimos días, los bailes, las nuevas amistades, el almuerzo familiar, y solo asintió: “Recuerda lo bueno y lindo que fue todo aquí y allá, lo demás es desecho, las cosas ya están dichas, las decisiones tomadas así que es hora de actuar”, y así fue.

Alejandro Sanz es mi eterno acompañante. Si, jamás han faltado sus canciones en mi mp3, pero esta vez seguiremos otra ruta. Dejamos las carreteras, el sol de la montaña; pero observaremos más de cerca el cielo despejado, las casas que se ven en miniatura desde lo alto, los valles, las quebradas. ¡Qué lindo es mi Perú!

Creo que por eso siempre duele partir, no solo dejar a tus seres queridos, sino que sabes que no hay otra tierra más fértil para dar lugar a tus costumbres.

Voy a llegar...

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