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Faltaban minutos para amanecer, habían bebido de mas y ella estaba hastiada de tanta rabia, temor, dolor... estaba harta de callar, pero sobre todo estaba cansada de amarle.
El cielo en vez de aclararse oscurecía, lo cual indicaba que las tinieblas estaban sobre la faz del abismo.
Su hermana le había aconsejado liberar su alma, hablar claro y marcharse, y así fue
No podía fingir que todo iba a estar bien, sabia que cuando confrontara sus sentimientos empezaría el final, pero fue lo mejor.
El había ido por un cigarrillo. Ella temblaba, su alma se enfriaba y su corazón ya no palpitaba por amor sino por miedo.
Minutos después regreso con el cigarrillo ya encendido, la miraba fijamente pues era tan notorio que algo le pasaba. No entendía nada ¿Que estaba sucediendo? porque su mejor amigo la tenia abrazada y al parecer ella lloraba.
Se quiso acercar, pregunto ¿que te pasa?. Mas aun quiso abrazarla, entregarle su calor pero ella no lo dejó. Le dijo déjala, es mejor que te vayas, ya le has hecho demasiado daño ¿no crees?
Él seguía sin entender lo que pasaba, y solo asintió y le dijo déjame es mi amiga no la puedo ver así, díganme que sucedió... Ella lo miraba con cólera, lo detestaba pues se parecía tanto a la persona que tanto la daño años atrás, es por ello que en él solo veía reflejado a un machista mas de los que caminan por el mundo.
¿Quieres saber en realidad que sucede? Muy bien yo te lo voy a decir, ven conmigo.
En tanto, la chica de los ojos tristes seguía llorando abrazada a su amigo fiel. Sinceramente no sabia que hacer, jamás pensó que el amor doliera tanto. Se había enamorado.
Segundos después se limpió el rostro, bebió lo ultimo de licor que aguardaba en su vaso y decidió armarse de valor para hablar con el, pero ya era tarde. Su hermana le había confesado todo lo que ella recelosamente guardaba en su corazón.
Él salió, estaba lelo, ñas manos frías, le temblaba el cuerpo pero tenía en los ojos un brillo especial no se si por miedo, tristeza o por aguantar las lagrimas ante tanta verdad.
Se acercó, ella le pidió que se sentara y con miedo aun le dijo: tenemos que hablar.
Él, lo sé, pero antes dime la verdad es cierto lo que me ha dicho tu hermana, no me esquives mas la mirada, se franca y dime tu verdad.
No pudo contener el llanto, ella se sentía mal, eran muchos meses en silencio. Había soportado tantas cosas y odiaba tener que pronunciar de sus labios aquello que jamas se atrevió a sentir por nadie, lo que nunca dijo.
Justo cuando estaba a punto de confesar sus sentimientos, él interpretó su silencio.
¿Estas enamorada de mí?... Por Dios, como no saberlo como era que no se había dado cuenta... Nunca creyó en lo que ella sintió de cuando chicos, o quizás ella jamás fue lo bastante clara como para saberlo.
Ambos eran adolescentes, creían que tenían el mundo en sus manos, nunca se pusieron a pensar hasta donde podía llegar las cosas por jugar con fuego. Cuanto podía significar el haber compartido catorce años de penas y alegrías, de escucharse, comprender, aconsejar y cantar juntos hasta el amanecer.
¿Que significaba una sonrisa, un abrazo, una mirada, un simple beso que la lograba estremecer?. ¿Darle celos a sus amigas?, ¿Querer esquivar a sus amigos? o tal vez el nunca creyó que los sentimientos se podrían confundir. Que pequeñas actitudes, la gratitud, la compañía, la atención brindaba y el cariño podrían transformarse en amor, y se equivocó.
*Ella lo miro fijamente y rompió en llanto. Si, ya lo sabes. No me preguntes mas y vete ya.
-No, no me iré ¿porque nunca me dijiste que ibas en serio?, ¿Porque me haces esto ahora?
y no me digas que fui yo quien no quiso ver.
*Ya, no quiero hablar, no se como ni cuando pero sucedió y listo. Ya basta, esto que siento me lastima porque tu no eres para mi. Nunca lo has sido, ni lo serás. No vas a cambiar.
Y si, ¿quieres saberlo?: Estoy enamorada de ti.
El tiempo se despejó, ella se puso de pie, intentaba marcharse pero los ojos de él no pudieron seguir conteniendo las lagrimas.
El la conocía mejor que nadie. Ella sabia todos sus defectos, historias y secretos que a nadie ella jamás se atrevió a contar. El conocía como nadie cada rincón de su ser, cosas que solo le confió a él.
"Siempre fui claro contigo, no eras tan solo una mas, si me enseñaste a vivir lo que con nadie he vivido jamas. "
Ambos rompieron en llanto, él la abrazó, la sujeto por la cintura no te vayas, no me dejes...
No soy feliz estando contigo, no soy feliz lejos de ti. Entiende, es mejor así, debo marcharme, ya no puedo ser tu amiga.
Mentiría si dijera que nunca lo había visto llorar, pero jamás lo había visto llorar así, como suplicando, implorando perdón. Perdón por una culpa que el ya no sabía si afrontar o cambiar el papel de victima por el de sorprendido.
No soy feliz estando contigo, no soy feliz lejos de ti. Entiende, es mejor así, debo marcharme, ya no puedo ser tu amiga.
Mentiría si dijera que nunca lo había visto llorar, pero jamás lo había visto llorar así, como suplicando, implorando perdón. Perdón por una culpa que el ya no sabía si afrontar o cambiar el papel de victima por el de sorprendido.
Finalmente, el momento les ganó. El silencio invadió por un momento el espacio, él la contemplo tan cerca que no pudo resistirse a levantar con su mano lentamente su cabeza. Ella volteó hacia el con la esperanza de verse una vez mas en sus ojos, intentando reconocer su mirada.
La cercanía era inminente. Sus miradas y sus labios se buscaron hasta quedar perfectamente reconocidas en el mas ansiado déja vu. Sus ojos inundados de lagrimas que recorrían sus mejillas y un beso de aquellos, como los de un encuentro furtivo fueron el sello a tanto dolor.
Sin prisa, sin miedo. Despacio, con llanto y temor. Sus cuerpos temblaban, sus pieles se erizaban y sus alientos se mezclaban creando un nuevo sabor.
Lenguas de fuego que empiezan arder en la hoguera del deseo como queriendo volver. Se complacen mutuamente, exploran su ser y el bajo vientre. La intensidad sube, esa unión tan temporal, tan personal que sin llegar a mas los empieza apartar.
Ambos labios se separan lentamente, siempre con sed de mas. Ella se siente en el cielo, ella sabe que el no es sincero pero en ese instante solo importa, su hoy, su ahora. Mariposas de colores revolotean sobre sus cuerpos, y él solo le pide estar en silencio disfrutando el momento.
El tiempo se acortó, y ese beso de triunfo en el recuerdo quedó. Horas mas tarde se alejó de el abruptamente y le pidió no buscarle mas. El pidió tiempo para poderse alejar... ella no soportó ya... Parece que se te olvida, fuiste tu quien propuso una amistad.
El tiempo se acortó, y ese beso de triunfo en el recuerdo quedó. Horas mas tarde se alejó de el abruptamente y le pidió no buscarle mas. El pidió tiempo para poderse alejar... ella no soportó ya... Parece que se te olvida, fuiste tu quien propuso una amistad.
Adiós.
Extraño no tenerte aquí, dentro de mi vida y lo
mas triste es que perdí lo que mas quería.
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