jueves, 3 de abril de 2014

Tiempo presente


Alpakitay

"Vivir en el pasado es morir al presente, nos perdemos el ahora cuando estamos en el ayer. El pasado ata, atrapa y mata. El presente libera, crea y da vida. Sólo en el tiempo del ahora nos permitiremos vivir satisfactoriamente.


El pasado es el recuerdo doloroso, el sentimiento que se convirtió en resentimiento, la experiencia dolorosa que le llamamos culpa. El amor que se transformó en odio, la sensibilidad que se vuelve sensiblería. Experiencias de dolor, miedo, culpa, insatisfacción y tristeza. Pesada carga que a veces llevamos con nosotros, equipaje que no nos permite vivir sino sobrevivir a duras penas.

Accedemos al presente cuando perdonamos, nos perdonamos y perdonamos a los demás. Perdón, palabra mágica y sanadora. Perdonar no es aceptar los hechos ocurridos, no es olvidar, tampoco es negar lo que nos pasó. El perdón no justifica pero tampoco juzga. El perdón te libera del pasado y te pone en tiempo presente..."


"Tú me has liberado de la falsedad."

sábado, 15 de febrero de 2014

Darte un beso



Aun recuerdo tus locuras en aquel sofá 

No te arranco de mi mente me hiciste tuya eternamente
¿dime donde están?... Tus quejidos, tus latidos 
Cuando hacíamos el amor 
y me gritabas al oído: Dame una oportunidad, te lo pido por favor.
Se llenaban de lagrimas tus ojos, me mirabas suplicabas
y hoy ya no valen nada.
Déjame amarte una vez mas
gritabas, hoy mi amor
No aspiro a ser el primero, yo solo quiero ser tu dueño.
Déjame hacerte el amor yo no soy el perdedor
quiero hacerte mía, solo una vez mas te lo imploro por favor
Déjame amarte más 
Me parece que fue corto el tiempo entre los dos.


"Quiero besar tus labios, y luego subir lentamente hasta tu boca ..."

miércoles, 15 de enero de 2014

Sin brújula

No es necesario que la agresión sea física, para considerarla como tal.


La comunicación agresiva es especialmente dolorosa cuando el atacante la niega. 
Al dolor se añade la confusión, pues el agresor crea en la víctima inseguridad y desconfianza de sus propios sentimientos, y ya sin brújula se paraliza al punto que ni siquiera se da cuenta del daño que esta situación hace a todo el entorno. 

¿Cómo saber cuál es el límite entre una persona de mal carácter y una realmente hostil? 


El agresor que no tiene consideración, ni respeto por su víctima, la devalúa constantemente. Desde luego, no la ama, no hay nada que valore de su pareja, no reconoce algo positivo en ella. 


Jamás comunica sus planes, aún los que competen a los dos, no comparte nada, abandona a su pareja, la excluye de su vida, toma decisiones unilateralmente, distribuye su dinero como sólo a él / ella le parece, sin tomar en cuenta las necesidades de su pareja y sin explicar nada.


Asimismo, un punto muy importante que hay que evaluar en las relaciones de pareja hostiles es el ataque disfrazado de broma (sarcasmo). Es común que se acuse y se culpe al otro.


El tipo amargado, malhumorado, acusa a su pareja de hacer mal las cosas. Para esa persona es más fácil juzgar y criticar. Es claro que en este tipo de relación existen conductas que boicotean al otro. Es decir, se manipula a la pareja despertando sus peores miedos, que involucran dolor y pérdida. 


No es sano mantener una relación en la que hay ese tipo de violencia psicológica.


Hay  un dicho entre los psicólogos que es muy cierto: “No existe victimario sin víctima”. Si  tú aceptas, por voluntad propia, soportar el mal humor de la otra persona,  su carácter irritable, su agresividad constante, estás eligiendo ser víctima y tú eres la única que puede cambiar esa situación.


No creas en las promesas de que todo va a cambiar. Nada cambia de un momento a otro. 



Lo que no mejora, empeora.




FUENTE: CARETAS

Tú y yo hemos perdido



"Escribo de tu ausencia... porque tal vez de ti, ya escribe alguien más."

Patas arriba

Tú pusiste mi mundo patas arriba.
Cerré los ojos, y cuando volví abrirlos estaban llenos de dolor.
Sabías que mi mundo aunque estuvo de cabeza en ocasiones... era ordenado, calmado y controlado, y de repente llegaste tú.

Si, llegaste tú. Tú, con tus comentarios, tus likes. Tú, con tus frases inteligentes, tu inocencia, aparente sinceridad,  belleza, limpieza de alma, tu tan temible tranquilidad y frescura...
Y es así que, todo lo que había antes de ti empezó a parecer aburrido, vacío, mediocre.
Todo lo convertiste en nada.

Y te fuiste, y me hundo en ésta llamarada... 

Acá sigue lloviendo, susurré.