lunes, 11 de mayo de 2015

Eso que nunca fue

Te quise y es lo que cuenta, independiente de lo que seamos ahora.

Lo nuestro fue de esas cosas que podrían haber sido pero que luego se transformaron en una de esas misteriosas nebulosas que flotan sin propósito ni tiempo. De alguna forma logré identificar un principio, un día en el que sentí que todo había cambiado, que la forma en la que me mirabas era diferente y que tus palabras tenían un significado distinto, sin embargo, hasta el día de hoy no he logrado definir un final para eso que nunca fue.

Al inicio pensé que jamás podría pasar algo entre nosotros. Tú eras tú, con tus sueños (o tu falta de ellos), con tus palabras, con tu estilo de vida y con tus ideas que poco tenían que ver con las mías, sin embargo, eso no impidió que fuéramos muy buenos amigos por un largo tiempo y que de vez en cuando sintieras que nadie mejor que yo te podía entender.
La gente nos miraba sospechosos, con ojos que parecían querer decir que dejásemos de esconder lo obvio mientras que yo me repetía que aquí no había nada. 

Luego de unos meses, un día me tomaste por el brazo y dijiste algo que no escuché, estaba perdida en como tus ojos me miraban como si no hubiese nadie más en el mundo. No dijiste nada y yo tampoco. Al principio preferí callar porque sentía que imaginaba cosas, porque no quería ser esa persona que parece confundir los sentimientos con tanta facilidad, porque me negaba a exponer mi vulnerabilidad de esa forma.
Me besaste, te mire, sonreí avergonzada y no dijimos más

Pasó un mes, pasaron tres y las cosas empeoraron. No podía dormir durante las noches y esperaba con ansias verte pasar. Esperaba tu saludo por las mañanas, la taza de café que traerías entre las manos, los pequeños gestos y regalos que de vez en cuando dejarías para mi, la forma en la que me conocías y te esmerabas por hacerme sonreír... y como te movías con total confianza haciendo círculos a mi alrededor.
Las cosas comenzaron a irse a negro y por un tiempo preferí creer que tú no querías verlo. No podía negarlo más, te quería y parecía que la cercanía que teníamos era lo mismo que nos había alejado de esta forma tan brutal. Quise escapar, quise alejarme pero seguía despertando confundida todas las mañanas preguntándome que era lo que me tenía así y pronto, entre la maraña de sábanas, recordaba tu rostro.

El tiempo no se detuvo, cuando de pronto llegaste muy feliz y me dijiste que querías hablar conmigo. Que algo increíble había pasado y que tenía que ser la primera en saberlo. Mi corazón latía con fuerza y la esperanza se esparcía por mi venas a una rapidez increíble. Por un segundo pensé que finalmente lo habías entendido, que no tendría que pasar toda mi vida en este tormento de despertares confundidos y amores no correspondidos. Pero claramente no era lo que yo esperaba, simplemente era más de esa misteriosa vida tuya de la que no sabía mucho.
Tenías una novia ahora, una chica con la que habías estado saliendo al mismo tiempo que me mirabas como si fuese una estrella fugaz. Por un momento no supe como respirar, luego pinté una sonrisa en mi rostro y te deseé lo mejor. Dije lo feliz que me sentía por ti, lo increíble que todo parecía, la suerte que tenías. Lo demás lo callé. No quiero decir que fue tu culpa porque la verdad no sé si puedo culpar a alguien por un sentimiento como este.
En las semanas siguientes busqué formas de canalizar este amor que sentía, necesitaba sacarlo de mí y depurar mi sistema. Me alejé, pero nunca lo notaste. Dejé de despertar confundida en las mañanas, me rehusé a seguir aceptando tu cercanía, evitaba tu mirada y tus palabras. Poco a poco dejé de recordarte con tanta vividez. Encontré un lugar mejor donde pasar mis días y mi tiempo y me fui sin mucho aviso. Tú dijiste que me extrañarías, yo sólo respondí que estaría mucho mejor que aquí.
Creo que nunca lo entendiste y es por eso que quiero decirlo ahora: yo te quise. Te quise de la forma en la que se quiere algo incierto, en la que se desea algo casi imposible de alcanzar y en la que se persigue una meta que nunca parece volverse más cercana. Pero te quise, y es lo que importa, que aunque tú fueras tan incierto como las olas de mi mar interior fui capaz de sentir y sobrevivir un amor que muchas veces se sentía como una avalancha.

Espero que donde quieras que estés y con quien estés hoy seas feliz y que si alguna vez te acuerdas de mi, me recuerdes como el mar, a veces aquí y a veces allá.



Tormento de despertares confundidos 
y amores no correspondidos.

Ese hombre

Todas tenemos ese hombre que a pesar que tiene antecedentes en su contra, igual le encontramos siempre el “que se yo”.

En resumen, ese chico que a pesar que nos dicen que lo vieron con alguien más, que no te escribe los fines de semana, que se desaparece y luego te hace reír con alguna tontería, siempre está presente en nuestra vida hasta que nosotros mismos decidamos quitarlo.

Luego se convierte en simplemente una etapa superada.
Así que ya saben, si alguien les da la alerta de "vivazo" a la vista, por favor hagan caso, es verdad eso de que si el río suena es porque piedras trae.

Ahora, si estás súper convencida y quieres arriesgarte, adelante juégatela.

¡No siempre podemos juzgar a un libro por su tapa!, pero ten ojo… porque si la gente habla, en general es por algo.

¿Han estado alguna vez con la persona equivocada a pesar de todo?

Ese hombre que JAMÁS fue bueno para ti.

Soy arena

Carta anunciada:

'Quiero que sepas que esto es nuevo para mí. Cada palabra, cara mirada, cada “te quiero”. Aún no son 100% parte de mi ser, pero a la vez salen de lo más profundo de mi corazón. Tengo años imaginando tu sonrisa, tu mirada, tu voz. Ahora sé cómo son y no sé que decir…creo que es amor, pero no estoy segura, no me había sentido así antes. Tengo miedo, no puedo decir que no, mi corazón esta viajando a mil por hora a lugares desconocidos, no sueltes mi mano, por favor.

Quiero que sepas que nunca he amado, pero he querido y me han roto el corazón. He regresado en mis pasos para recoger los pedazos, los he vuelto a unir, y ahora te lo doy, con cicatrices, pero late por ti. Guárdalo sin miedo pero con cuidado. Sé que crees que soy fuerte porque ando sola por la vida, pero te confieso que por dentro SOY ARENA… caigo para levantarme de nuevo. No dejo que nadie lo sepa. ¿Guardas mi secreto?
Soy una caja de sorpresas. Voy a querer escribirte muchas cartas, prepararte de cenar, quitarte el celular para que me enseñes a jugar, hacerte dibujos, cantarte, fotografiar todo lo que me recuerde a ti, a lo bonito que me haces sentir, hacerte bailar, buscar que sonrías al despertar, llamarte en la madrugada, sólo para escuchar tu voz… pero también voy a hacer cosas sin avisarte, y te pido disculpas, no estoy acostumbrada a que alguien esté pendiente de mí. Estoy aprendiendo a equilibrar de nuevo mi vida. Tu llegada es el terremoto más dulce, pero aun así, has desordenado algo dentro de mí, y estoy aprendiendo a vivir así.

No sé discutir sin llorar, no sé ceder, nunca me he peleado con alguien tan importante como tú. Estoy loca, voy a gritar y hacer un berrinche, porque BUSCO QUE ME CALLES CON UN BESO. Cállame y luego conversamos un acuerdo, pero primero bésame. Dame la mano al caminar, lo sentiré extraño pero me gusta.

Si algún día quieres llorar, hazlo, limpia el alma; jamás pensaré que eres débil; eres fuerte por mostrar tus lágrimas.

Dicen que lo bueno llega a los que esperan. Esperé bastante por ti y ya te encontré y tú me encontraste. Gracias por cruzarte en mi camino y no pasar de frente. 
Gracias por tu mirada, por tu corazón, por tu sonrisa. Iluminan mi vida más que un millón de estrellas. No soy cursi, creo que estoy enamorada de ti. Juro leerte esto cuando te conozca. Te quiero como siempre y para siempre.'


"Busco que me calles con un beso."
Hazlo hoy