martes, 27 de marzo de 2018

Semana Santa Ayacuchana: Alegría, fé y tradición


UNA DE LAS MANIFESTACIONES RELIGIOSAS MÁS EMBLEMÁTICAS DE LOS BELLOS ANDES


En medio del frío, noches de espera en el frontis de la catedral y el fervor de un pueblo, se da inicio a la Semana Ayacuchana; la fiesta más grande de la iglesia católica en Perú, y la segunda en el mundo después de Sevilla - España.

Es que, hablar de Ayacucho, es sin duda, hablar más allá de una región pródiga en escenarios naturales e históricos, iglesias, artesanía y gastronomía. Ayacucho, representa la mejor Semana Santa de América Latina. 

Con una tradición de más de 400 años, del 22 de marzo al 1 de abril, miles de visitantes y turistas se preparan para disfrutar de fervorosas procesiones, cultura, diversión cristiana y tradición Ayacuchana.

El bloggero de “Ensartes.com” y Ayacuchano de nacimiento, Chichu Barboza nos comenta que a diferencia de muchas regiones, en Ayacucho las celebraciones de Semana Santa se dan inicio con el “Viernes de Dolores”, procesión que congrega a miles de feligreses alrededor del Señor de la Agonía y de la Virgen Dolorosa, encuentro que recuerda el sufrimiento de cristo y de su madre.

Se trata de once días de actividades alegóricas que inician el “Domingo de Ramos” con la
tradicional entrada de chamizo a la plaza mayor de Huamanga y terminan el “Domingo de
Pascua”, con la procesión de una majestuosa anda piramidal de más de 10 metros de altura, iluminada por 3 mil velas.

El “Miércoles Santo” es el día de mayor emotividad en la “Ciudad de las Iglesias” pues “El
Nazareno” vestido con un traje de terciopelo morado y bordado con hilos de oro, se encontrará con la “Virgen Dolorosa” que viste una túnica negra y lleva siete puñales en el pecho. El “Jueves Santo” desde muy temprano se construye el anda del “Domingo de Pascua de Resurrección”, el cual recorrerá la plaza de armas desde las 5am y debe ser cargado por trescientas personas como mínimo.

Para Ayacucho el “Viernes Santo” significa algo más que no comer carne, significa la “Procesión del santo sepulcro”. Cae la noche y propios y extraños se conglomeran en la plaza de armas, mientras que, los colegios, universidades, instituciones públicas y privadas preparan alfombras de flores para la procesión.

Sabrás que todo va empezar cuando se torna un apagón en la ciudad. La plaza solo es iluminada por las velas de los fieles. Primero pasa el féretro de cristal donde yace Jesucristo fallecido y detrás de él, su madre: la Virgen María de luto y llorando.

Al término, la plaza vibra con la fe Ayacuchana, empieza el guapeo, los bailes al compás de la banda y se aplaca el frío a base de puro “calentito”. ¡A cantar y festejar, que pronto Jesús va a resucitar, la alegría y tradición no se pueden acabar!

La mañana del sábado, los jóvenes vestidos con prendas rojas y blancas esperan ansiosos en la plaza mayor de Huamanga para participar de las torres humanas y ver el famoso “Jala Toro”, el cual según historiadores debería iniciarse a la par de la misa que preside el obispo para luego proceder a donar 3 toros a la ciudad.

Llega la noche y grandiosas obras de la ingeniería pirotécnica donadas por fieles nacionales e internacionales se exhiben en la plaza de armas e iluminan la ciudad.
Ya es domingo e irse a dormir ya no es una opción. Casi 5:30am y un mar de gente acompaña las andas del cristo resucitado. Cantos, llantos, campanas y bombardas hacen retumbar la ciudad, Jesucristo ha resucitado y el corazón de Ayacucho lo recibe así: un saludo al alba y un espléndido amanecer.

Este 2018, Ayacucho se proyecta a recibir a más de 50,000 visitantes, entre nacionales y extranjeros, durante los once días que durarán las celebraciones de la Semana Santa.


Fotografía: Richard Bermudo