miércoles, 7 de septiembre de 2011

Recogiendo los pedazos

Extracto del texto "La verdad difícil" de César Arias

Los militares franceses que dirigieron la guerra contra subversiva poseían una ideología centrada en el integrismo católico, por tanto, eran profundamente conservadores y anticomunista ultranza. Asimismo, eran fuertemente nacionalistas y algunos de ellos habían apoyado a De Guille y la resistencia contra los nazis de allí que- como lo dijera Massu antes los medios de comunicación- no aceptaban que políticos y comunicadores de izquierda los llamaran “fascistas”.

A las nuevas formas de hacer la guerra, la llamaron “guerra revolucionaria”, “guerra moderna”, “guerra subversiva” o “guerra psicológica” cuyo problema central era el dominio o simpatía de la población.

Como parte de las nuevas tácticas y técnicas del estilo de guerra al cual debieron hacer frente, los militares franceses incorporaron la denominada brigada cívico-militar, justamente para buscar la simpatía, el afecto y el respaldo de la población, especialmente de aquellos que se encontraban ubicados en zonas de influencia subversiva. Asimismo, como complemento a la anterior estrategia diseñaron la acción psicológica, considerando dentro de la misma de principalísima importancia la propaganda.

No obstante, crearon organizaciones secretas en el exterior buscando potenciales enemigos, impulsaron las operaciones clandestinas y promovieron los asesinatos en el exterior. Alentaron las infiltraciones de las organizaciones, instituciones, empresas u organismos sospechosos de apoyar o simpatizar con la causa de los rebeldes, además para identificar a éstos recurrieron al narcotráfico como un mecanismo financiero, al margen de los recursos estatales para recaudar fondos conducentes al mantenimiento de la guerra.

Según el analista político César Arias Quincot, la doctrina francesa parte de una perspectiva supuestamente “realista” acerca de la guerra revolucionaria: “El enemigo no usa uniformes, ni distintivos, sino que por el contrario, busca mezclarse con la población civil; se trata de un adversario que, a diferencia del enemigo convencional, busca confundirse y hacerse indistinguible de la población civil”

El subversivo es un adversario muy peligroso que puede utilizar las libertades y garantías procesales propias del sistema democrático para destruirlo.

En Argentina, durante la década de 1960 los jefes militares decidieron imponer una dictadura con la finalidad de reorganizar la sociedad mediante la presión autoritaria, obteniendo como resultado lo contrario: una virulenta politización de la juventud que condujo a ilusionarse con el mito de la revolución radical y violenta, de preferencia a partir de la guerrilla.

Los militares de la cúpula golpista repetían los argumentos de los franceses contra la represión por la vía legal y deseaban, en cambio, imponer el exterminio físico de los subversivos. “Matarlos todos a ellos, unos 20 mil y a sus familiares para que no quede vestigio, ni testimonio”.

El método que utilizaron en Argentina superó a los militares franceses ya que su forma predominante de represión fue la desaparición de miles de reales o supuestos opositores. En la mayoría de los casos la víctimas eran secuestradas por gente armada vestida de civil, introducida en vehículos sin placas y conducida a lugares de horror como el Olimpo, el club Atlético, o la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Una vez en los siniestros centros de detención, eran humillados y sometidos a suplicios atroces como picana eléctrica, golpizas, violación sexual en presencia de varias personas, asesinados en algunos casos o conducidos a prisiones y en muy pocos casos liberados.

De este modo se paralizó por el terror cualquier tipo de resistencia y de organización que aun fuera en forma pacífica se intentara resistir a las políticas del régimen. En conclusión, se buscó aplicar una política de exterminio de aquellos a quienes se tipificaba como “subversivos”.

Método Francés antisubversivo en el Perú?

La sociedad peruana ingresó a esa terrible etapa de violencia por la decisión de la cúpula del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, encabezado por el profesor de filosofía Abimael Guzmán o más conocido como el Presidente Gonzalo

Los senderistas recogieron la mentalidad totalitaria derivada del pensamiento de sus mentores ideológicos: Lenin, Stalin y Mao. En todos ellos primó el relativismo moral y, en los últimos, la praxis política y la justificación teórica del totalitarismo.

Es así que, se desarrolló una política genocida contra la población, dando como resultado más de cuatro mil fosas comunes y miles de desapariciones forzadas, admitidas por la gubernamental Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

Los senderistas buscaban dominar poblaciones por la vía del terror, es decir eliminar “asesinando” a las personas que fueran consideradas “enemigas de clase”, “soplones” o aliados de las fuerzas del estado. Asimismo, tenían como objetivo central perpetrar acciones violentas a fin de generar una respuesta lo más violenta e indiscriminada por parte de las fuerzas del orden.

Desde mayo de 1992 se consolidó el sistema antisubversivo inconstitucional que trastoca la realidad de la guerra, convirtiendo normativamente los hechos de los insurgentes a Terrorismo, como delito común y no como delito político; siguiendo la orientación estadounidense para estigmatizar a los revolucionarios en el mundo y justificar la más desenfrenada represión.

La actitud irresponsable de aquellos políticos que no fueron capaces de adoptar una política destinada a derrotar la subversión con métodos democráticos fue la principal razón del colapso de la democracia el 5 de abril de 1992.

Conclusión:

La influencia del método Francés antisubversivo fue la muestra más clara de la violación de los Derechos Humanos.

El método francés implicaba que más importante que la tropa y antes que la tropa hay que ocuparse de la retaguardia, es decir, de la población. Todo esto desarrollado bajo la nueva doctrina cualquiera puede ser parte del otro bando” lo cual cambia el eje del combate y lleva a enfrentar a un nuevo enemigo que está infiltrado en la población.

“Antisubversiva no hay línea del frente”, porque el enemigo está en todas partes, lo cual los inducia a realizar las investigaciones necesarias. Su labor se realizaba a través del interrogatorio, el cual debía ser sistemático, de modo de obtener siempre una respuesta. “Hay que quebrar la capacidad del enemigo y para eso es necesario obtener información a cualquier precio, incluida la tortura”.

En Argentina, los reglamentos militares para luchar contra la subversión, tuvieron influencia francesa y no estadounidense. En la mayoría de los casos las víctimas eran secuestradas por gente armada vestida de civil, introducida en vehículos sin placas y conducida a lugares de horror por obra de los agentes del gobierno dictatorial.

Asimismo, Argentina reexportó la doctrina contrasubversiva francesa, a Bolivia, Nicaragua, Honduras y El Salvador.

En tanto, en nuestro país el suelo peruano se vio manchado por un mar de sangre, el cual no se puede volver a repetir. Recordemos que “La violencia, solo genera más violencia.”

Si bien, las pérdidas humanas son irremediables, nosotros debemos velar para que el miedo imparable que antes invadía en su mayoría a los pobladores del interior del país no amilane nuestro carácter de lucha, ni aplaque las ganas de crear una sociedad mejor.

No podemos callar ante tanta impunidad, trabajemos a fin de contribuir con la democracia y busquemos cruzar las barreras que se crearon en los 90´. Ya es hora de acabar con el racismo, y dejar de apoyar la exclusión y las desigualdades en nuestra sociedad.

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