sábado, 3 de octubre de 2009

Mi gol favorito


Mi mejor anotación no se parece a los famosos goles del guapísimo de Cristiano Ronaldo o a los de Ronaldinho. Mi anotación fue mil veces mejor, fue un gol de media cancha ya que le gane a la guerra interna que existía dentro de mí ser.

Claro, en lo que si se asemeja es en la persistencia, el ahínco de luchar cada día con una contradicción mente - cuerpo. Contradicción que logró quebrar mis sentimientos una y otra vez haciéndome volver al inicio echando por la borda todo lo que creía superado.

Mi corazón luchaba por superar una decepción, buscaba no sentir, no pensar, hacerse duro como el roble para lograr mantener mis convicciones y luchar por mis ideales como cuando niña. Pero pasaba un mes, una semana o tan solo unos días y yo no aprendía la lección, pues caía en lo mismo.

Hoy le doy gracias a Dios porque siempre tuve a personas muy valiosas a mi lado; mi madre, y mis dos hermanas, Anyi y Katherine. Ellas con sus consejos, reproches y experiencia me ayudaron a analizar y ver cuanto daño me estaba haciendo.

Pero el aprender a valorarme, el aceptar enterrar el pasado, pues pasado es y pisado tenía que estar, era decisión mía. Por ello fue que después de casi tres años y medio decidí dejar todo atrás, de nada valía seguir así; sufriendo y llorando por un cariño que ya no era mió o que quizás nunca lo fue.

En ese momento empecé a construir mi presente con las anécdotas del ayer, los sucesos pasados que dejaron en mí una importante enseñanza y los malos recuerdos solo se convirtieron en fotos que se van borrando de mi mente y que poco a poco se pierden en el tiempo.

Este partido me enseñó que no podía estar al lado de personas que hacen del amor un deporte, pues a ellas solo les importa anotarse un gol. Hoy los recuerdos ya no me lastiman, y si bien hay alguno perenne, es aquel que plasma la única enseñanza que él dejo en mi vida; el no ahogarme en un vaso de agua, ni hacerme un mundo con problemas vanos por los que todos pasamos alguna vez.

Mi gol favorito es haber ganado la que para mi fue la mas difícil de las batallas, logré no caer en el mismo juego, que aunque al inicio me lastimó; fue mi mejor jugada.

Bien dicen que, más vale llorar un día, que llorar toda una vida ¿no?
En el juego de mi vida aun quedan muchas batallas por vencer y una guerra por ganar asi que yo sigo aprendiendo. Tiempo al tiempo.

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