Fernando Pinedo, reconoce el barro por su olor o su textura. Èl es alfarero desde muy niño, ya que absorvio el legado de sus hermanos.
Su familia siempre tuvo un pequeño taller donde elabora todo tipo de figuras artesanales y ceramicas; desde las màs simples hasta las mas complejas.
Nando, como le dicen sus amigos trabaja toda la noche moldeando con sus prodijiosas manos el barro. Y cuando amanece, sale al campo de su natal Huancayo a ver el cielod espejarse. El tiene mas de veinte años en este trabajo y con el bajo sueldo que gana se diò el lujo de comprar una pequeña radio, la cual le acompaña en sus arduas noches de labor.
Su familia siempre tuvo un pequeño taller donde elabora todo tipo de figuras artesanales y ceramicas; desde las màs simples hasta las mas complejas.
Nando, como le dicen sus amigos trabaja toda la noche moldeando con sus prodijiosas manos el barro. Y cuando amanece, sale al campo de su natal Huancayo a ver el cielod espejarse. El tiene mas de veinte años en este trabajo y con el bajo sueldo que gana se diò el lujo de comprar una pequeña radio, la cual le acompaña en sus arduas noches de labor.
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