lunes, 19 de octubre de 2009

Apunta, pero no dispares...

JULIETH QUINTERO.

Julieth quiso ser policía desde pequeña. En cuanto pudo, ingresó a la academia. Pronto lució su uniforme en Antinarcóticos y después en el 2005 ésta mujer de rostro angelical se convierte en la primera francotiradora en la historia de las Fuerzas de Seguridad de Colombia (Gaula)

«No me importará disparar, porque a quien tenga en el objetivo querrá causar dolor a alguien y es mejor hacerle daño a él, pero no disparamos necesariamente a matar». Lo más duro de su profesión es rescatar cadáveres; saber que no llegaron a tiempo y que los secuestradores cumplieron su macabra amenaza. Y aún es peor cuando el muerto es un niño. Entonces Julieth Quintero no puede reprimir las lágrimas de tristeza y de rabia al ver el reflejo de su pequeño hijo en ellos.

Hace más de cinco años que la destinaron al Gaula, cuerpo de la Policía Nacional colombiana especializado en secuestros y desde hace uno pertenece al SWAT, el grupo de elite de la institución. Pertenecer a SWAT es algo que ha superado sus expectativas porque a ella lo que le va es la acción; las oficinas la ahogan.

Asimismo, la convirtieron en la primera francotiradora de la Historia no sólo de la policía sino de cualquier órgano de seguridad del país. No es tanto la puntería lo que valoran sino la paciencia y la entereza que se le pone al caso ya que tienes que quedarte horas apuntando, soportando el frío o calor, lo que se presente sin desesperarse.

Julieth, a quien apodan Nikita, posee como virtudes la paciencia y la constancia. No obstante, le da al corazón y a la cabeza de un blanco en movimiento a 500 metros. Hasta ahora no ha tenido que apretar el gatillo de su fusil AR-10, con el que es casi infalible, pero no le temblará el pulso cuando llegue el momento.

Su bautizo como miembro regular de un equipo de rescate llegó al poco de ingresar en los Gaula. La guerrilla había instalado un falso control de carreteras y pretendía secuestrar a un grupo de automovilistas, un estilo de rapto colectivo que en Colombia se llama “pesca milagrosa”.

Esa misión fue una operación relámpago con una balacera tremenda ya que se introdujeron 25 policías en un camión y cuando la guerrilla los detuvo, salieron disparando y gritando a la gente que se tirara al piso. No hubo heridos civiles, rescataron a los 15 que se llevaban al monte y los subversivos salieron huyendo, pero algunos murieron.

En otra ocasión buscaron hasta tres veces a un rehén en una zona montañosa. No lo encontraron y en un momento dado la guerrilla los emboscó. Repelieron el ataque y cuando sus enemigos se fueron, reanudaron la búsqueda. Encontraron el cadáver. En estos casos se siente impotencia porque sabes que en algún momento estuviste cerca.

Nikita nació en 1973, en la ciudad de Medellín. En 1996 ingresó en la escuela de policía. Pronto pasa al Departamento Antinarcóticos. En el 2001, ingresa en los Gaula, cuerpo de policía especializado en secuestros, y lleva a cabo su primer rescate: un grupo de automovilistas capturado por la guerrilla. Mientras que en el 2004 se incorporó al Swat, grupo policial de elite. Y en el 2005 se convierte en la primera francotiradora en la historia de las Fuerzas de Seguridad de Colombia; despertando la conciencia de toda la Nación.

Cuando estaba trabajando en narcóticos, le daba mucha satisfacción destruir los laboratorios clandestinos de cocaína o capturar narcos. Pero traer a una persona a la libertad, verlo abrazarse con la familia y llorar todos de alegría es algo que siempre le erizará la piel, es muy especial y único para ella.

Como madre de un niño de siete años, es imposible que no le impresione el rescate de los niños. A veces los encuentran en un rincón, desprotegidos y temerosos; no saben si alegrarse cuando ven a los de las Fuerzas de Seguridad porque temen que les hagan daño.

Es un trabajo arduo, pero los integrantes a cargo de la misión salen de esas situaciones con alegría aunque con mucha rabia porque no se puede creer que existan personas capaces de llevarse a los niños que son tan indefensos.

Pese a ello, siente lástima por las madres de los criminales ya que lloran y reprochan a sus hijos, el a verlos educado con valores ¿Cómo pueden hacer eso?

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