viernes, 4 de diciembre de 2009

Alego por mi universidad.

Estudio en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza desde hace tres años, hoy ya nombrada Universidad. Yo defiendo Bausate y Meza porque es sangre de mi sangre, en vano mi apellido no es Meza.

Bausate y Meza acoge a jóvenes de diversos distritos; he aquí las distintas clases sociales que imperan en mi universidad. En la “Bau” podemos apreciar variados colores de piel y diferentes estilos de vida, pero ello no impide que los alumnos de Bausate afirmen al “Yo amo Bausate” al unísono.

Defiendo mi universidad porque es mi alma mater, la defiendo porque me inculca veracidad y honestidad aunque muchos quieran opacar la realidad.

Bausate es pequeña en infraestructura pero grande en impartir conocimiento. Es líder en la formación de periodistas pese a que hasta el día de hoy no figure en la relación de Universidades Privadas bajo la jurisdicción de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR).

Yo defiendo Bausate porque es la institución que me aloja de lunes a viernes, porque es mi insignia, porque algunos de sus docentes poseen dinamismo y uno que otro hasta carisma.

Defiendo mi universidad porque en ella estoy dejando los mejores años de mi juventud, en cada corredor un suspiro, en la sala azul más de una anécdota y en cada aula mucho conocimiento.

Así es Bausate, una “escuela” con 50 años en formación periodística, con más de un año como universidad, con algunos toques de armonía y con grandes dosis de euforia.

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