miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sentimiento increíble.

Te llamé porque quería despedirme

solo faltan siete días para irme y

necesitaba oír tu voz


Hace mucho que no hablamos,

que dejamos al tiempo nuestro amor

y necesitaba saber si él giró a mi favor.


Lo admito, te extraño y a pesar de todo aprendí

De lo bueno y de lo malo aprendí,

penas, alegrías y también lloré.


Y aunque pronto este lejos y quizás no vuelvas a saber de mí

Dicen que la distancia no es pretexto para dejar de sentir.


Hoy se pierde un día más

Un día que pudo estar lleno de tristeza, felicidad o soledad

Lamentablemente por miedo a intentar jamás lo sabrás.


Te clavaste como un puñal en mí ser,

y aunque aprendí todas las respuestas, me cambiaste las preguntas

y olvidaste aquella partida en la que aposte todo por ti.


Hasta hoy no aprendo como encadenar un alma, cuando el corazón pide libertad

A susurrarte al oído que soy más que tu fortaleza, que hubiese sido tu felicidad.

Sin embargo, el “hubiera” no existe más,

Hoy se embarcó en un viaje muy largo para no retornar jamás.


Te llamé porque te quiero todavía

Porque pese a mi rebeldía, al orgullo, al dolor y a la cobardía

Pensé que lo nuestro aun funcionaria

Pero basto escuchar tu buzón de voz para saber que ya no me querías en tu vida.


Está bien, entendí el mensaje… y desde hoy no te molesto más,

Me aferro a un porvenir en busca de una nueva oportunidad.

Una oportunidad más para sentir, para crecer, pensar, vivir,

para volver amar, para entregar, para encontrar mi paz.


En siete días me encamino hacia un bienestar,

Lejos de la inestabilidad, dejando atrás la inseguridad, el desamor,

el dolor y voy en busca de mi verdad.

Mucho tiempo te espere, 25 horas te soñé, en 366 días me enamoré,

Y basto una hora para que todo quedara en el ayer.


Sabias donde buscarme, estabas seguro que podías hallarme,

Pero jamás lo intentaste porque nunca aprendiste a amarme.


Y no te equivoques, que no escribo un reclamo, no es un poema

no es un reproche, ni mucho menos una canción

pues hoy no habla el dolor;

por el contrario habla un corazón sincero

que se esperanzo en tu amor.


Tú que me creías tan fuerte, tan inmune ante el dolor,

Tan segura de mi misma, capaz de tentar al rencor.

Y hoy no soy capaz de borrar aquella huella que dejaste con tu amor.


Tú que creías que era una central de abasto,

Aquella que soluciona la vida de tantas almas atrapadas

Y pese a que la vida es una sola,

Hasta hoy sigo locamente enamorada.


Hoy solo espero que el tiempo y la distancia digan adiós a los recuerdos,

No pienso engañarme, ni seguir huyendo, ni fingiendo,

porque el dolor es más fuerte cuando es por dentro.


Si me voy, es para intentar reconstruir lo que quedo de mí

Para aprender a llenar ese vacío que dejaste en mi corazón

Y no quedarme devastada por esta desilusión.

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