Ni un minuto màs...

Seis de cada diez alumnos de la Escuela de periodismo Jaime Bausate y Meza afirman llegar tarde a sus sesiones de aprendizaje por lo menos dos veces a la semana desde el inicio del periodo académico 2010 II.

La tardanza es definida por muchos como demora o lentitud, vendría a ser el antónimo de la “cortesía de los reyes”, es decir la puntualidad.

Hoy en día la tardanza es un hábito muy común en los alumnos, es así que luego de realizar una encuesta a cincuenta alumnos de la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza se obtuvo como resultado que el 70% de ellos trata de justificar su impuntualidad basándose en la congestión vehicular que generan las obras municipales. El 19% acepta que se despierta tarde, mientras que el 10% afirma vivir muy lejos por lo cual se les hace difícil llegar a tiempo y un 1% asegura que su impuntualidad se debe a que se quedan haciendo trabajos hasta tarde ya que trabajan y estudian.

Las investigaciones demuestran que el hábito de la tardanza se parece, de muchas maneras, a comer en exceso. Como cuando nos proponemos hacer una dieta y sucumbimos ante la tentación de degustar un buen chocolate, así también, la persona impuntual promete llegar a tiempo y siempre encuentra alguna última cosa que hacer antes de salir de su casa.

A juzgar por todo lo que conlleva este mal hábito se ha comprobado que el ser “tardòn” afecta la autoestima, sabotea las relaciones, impacta la vida de otros, da muy mala impresión, disminuye el respeto que otros tengan por ti y lo peor es que causa un efecto de bola de nieve.

Si somos estudiantes es peor aun ya que no logras ingresar a ninguna clase lo cual traerá como consecuencia que tengas problemas con el DLI; no presentas trabajos a tiempo por lo tanto descenderán tus calificaciones e incluso hasta puedes reprobar algunos cursos.

Asimismo, tres de cada diez alumnos encuestados confesaron haber intentado corregir este mal hábito pero tiraron la toalla asegurando que ya se acostumbraron a dormir hasta tarde, e incluso algunos de ellos culpan a los profesores de la institución por no dar más tiempo de tolerancia.
Lectores ya es hora que esta situación cambie son muchas las consecuencias que desencadena una sola tardanza. Dejemos de echarle toda la culpa a la congestión vehicular, y de buscar justificar nuestra falta de puntualidad detrás de las obras Municipales que si bien de uno u otro modo afectan nuestra rutina no lo son todo.

Finalmente, si queremos dejar de ser “tardones” debemos empezar por ser más precavidos ya sea organizando nuestro cronograma de actividades o levantándonos mas temprano de lo habitual, de ese modo les aseguro llegaremos a tiempo tanto a nuestro centro de estudios como a nuestros centros laborales.

"Cambiemos el concepto que los otros países tienen de nosotros y la famosa “Hora peruana”, Tomemos conciencia y analicemos, si cada uno de nosotros pusiera un poquito de su parte y decidiéramos cambiar de actitud, teniendo un horario para realizar cada una de nuestras actividades, las tardanzas y los problemas que conllevan serian cosa del pasado o al menos disminuirían en gran proporción."

Solo es cuestión de responsabilidad…

Los resultados que arrojaron las encuestas realizadas a los alumnos de la institución, donde manifiestan que sus tardanzas se deben a la congestión vehicular y a la poca tolerancia de tiempo que dan los profesores, sorprendieron a más de un docente.

Al respecto, la Licenciada en periodismo Karina Díaz Salcedo manifestó su punto de vista, “La congestión vehicular es un problema que vivimos todos, no solo los alumnos sino también nosotros los profesores así que eso no es justificación. Los periodistas siempre tenemos que llegar a tiempo, por ende debemos tomar nuestras precauciones aunque esto implique sacrificio y esfuerzo”.

Asimismo, Díaz Salcedo mencionó que en Bausate se enseña la puntualidad, “Si quieres ser un buen profesional aprende a ser responsable y puntual aunque estos hábitos vienen de casa o se aprenden en el colegio. El dar más tolerancia no te enseña a ser responsable”.