Cerré los ojos, y cuando volví abrirlos estaban llenos de dolor.
Sabías que mi mundo aunque estuvo de cabeza en ocasiones... era ordenado, calmado y controlado, y de repente llegaste tú.
Si, llegaste tú. Tú, con tus comentarios, tus likes. Tú, con tus frases inteligentes, tu inocencia, aparente sinceridad, belleza, limpieza de alma, tu tan temible tranquilidad y frescura...
Y es así que, todo lo que había antes de ti empezó a parecer aburrido, vacío, mediocre.
Todo lo convertiste en nada.
Y te fuiste, y me hundo en ésta llamarada...
Acá sigue lloviendo, susurré.
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