lunes, 18 de enero de 2010

En el 2miil7


Muy lentamente oigo tus pasos al llegar,
Siento tu presencia detrás mió y
Delicadamente veo tus manos coger mi cintura

Casi estremecida entre tus brazos
siento tus labios sobre los míos
y como si solo ambos existiésemos nos dejamos llevar
por el momento.

Abro los ojos y veo dos llamas ardientes en tus ojos bellos.
En ese momento no existe nada más,
Solo esa magia que brota de entre ambos labios
Que luchan entre si, como si el mundo se fuera acabar

Con una pasión tan fuerte que hace que ambos
Nos volvamos cada vez más insaciables

Transcurre el tiempo, y el dolor que hay al oprimir
sus dientes con mis labios se vuelve caricia y
luego de unos minutos de repente sin desearlo
nos separamos y nuestras almas se congelan lentamente.

A pesar del frío del adiós es inevitable que
al cruzar las miradas por segunda vez ambos labios se unan
como dos imanes que poseen tal conexión
al igual que dos metales al fundirse en uno solo.

El tan solo hecho de pensar que el momento lo es todo
Y que este se puede acabar y dejemos de sentir el aliento
Uno del otro hace que ambos pensemos que al acabar la función
Y correr el telón ninguno podrá vivir sin el otro.

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