domingo, 14 de febrero de 2016

Amor a medio tiempo

No eran novios, no iban a serlo nunca, no por falta de ganas si no por falta de interés. Se veían a ratos, eran felices en algunos momentos puntuales.

Uno de ellos solía ser los fines de semana, cuando la veía en alguna fiesta, y casi siempre a las 5 o 6 de la mañana. O tal vez cuando le escribía al amanecer, la llamaba a media noche al llegar de una juerga o cuando el destino cruzará sus caminos al caer la tarde.
Buscaban el calor, la pasión, no buscaban amor, ni relación estable, al menos uno de ellos.

Él era libre, como el viento, como los pájaros, volaba de un lado a otro y de vez en cuando necesita posarse en algún sitio. A veces buscaba otro calor, otra cama y otras sábanas que no fuera las de ella. Ella era diferente, no necesitaba a nadie más, solo lo necesita a él, le daba igual cuanto durara el amor entre ellos, porque ella sentía que el significado de la palabra amor no llegaba a nada más de lo que ellos dos tenían. Ni más ni menos, ratos de pasión... y quizás alguna que otra noche completa, pero a la mañana volvía la pesadilla, los mensajes a destiempo, las llamadas sin contestar o incluso los inbox sin responder.

Ella se enfadaba consigo misma, le volvía a decir que no la volviera a molestar, que él siga con su vida, su estilo de vivir, su modo acelerado de disfrutar el momento y ver como pasa la vida desde lejos... sus negocios, sus miedos, su no comprometerse con nada, ni nadie... que sí quería una aventura tenía a muchas que esperaban por el... él y su mundo de preguntas sin respuestas... Pues si esa era su manera de querer, que no la quisiera.

En realidad era mentira, ella deseaba que su móvil volviera a sonar, aunque fuera a las 5 de la mañana. Quiso pensar que no había otra manera de querer. La cosa seguía, pasaban los meses y entre ellos no cambiaba nada, él era de muchas, ella solo de uno.

Le encantaba pasar noches a su lado, lo miraba mientras él dormía, no se explicaba como lo podía querer tanto. Ella sabía que él la quería, pero ese amor loco ella no lo soportaba. Pensó que sería mejor terminar toda esta aventura que la tenía loca, esta vez de verdad. Él la llamo una vez más, conversaron horas así como cuando se conocieron... ella le abrió su corazón, se lo entregó en charola de plata; dándole la libertad de que el hiciese lo que quisiera con todo ese amor que ella desprendía de su ser... horas después antes de cortar le confesó que estaba enamorada... que no sabía que había echo con ella... que su corazón tintineaba con tan solo escuchar su nombre, con oír el sonido de su voz... así como las olas remecen las costas al llegar.

Le dijo hasta luego y le mando un beso, como siempre... quizás como aquel que le dio en los labios, aquella última noche que juraron nunca olvidar. Aquella en la que fijó sus ojos en él, lo miró y lo observó hasta que él dio media vuelta... tal vez sospechando que pasaría mucho tiempo para que se volvieran a entrelazar.

Ella tenía muy claro que no era un hasta luego, esta vez seria un adiós definitivo. Se le derramó una lágrima y entre dientes dijo: ” Esta vez sí. Te voy a querer siempre...”

Pasaron semanas. Llegaron los mensajes de nuevo a las 5 de la mañana, las llamadas en la madrugada... los mensajes que decían 'Pensé que estabas desocupada, que podíamos charlar. Descuida, un beso'... pero esta vez no había contestación. Siguieron las llamadas y mensajes durante días, seguía sin contestación, incluso llegaron los bloqueos a todo tipo de red social. Pasaron días, incluso varios meses, hasta que se encontraron. Ella temblaba, a él por primera vez se le hizo un nudo en el estómago, la había perdido y esta vez para siempre. Ella le había dado sentido a su vida con amor de verdad. Encontró a quien la sabía cuidar, la sabía querer. Ella no iba a querer nunca más a alguien como lo había querido a él, pero eso es lo que necesitaba en su vida, un amor tranquilo y verdadero... y no volver a querer a nadie como lo quiso a él.

El sentido de amor de esa relación jamas podría ser sano. Pasaron los meses y él seguía igual, pero ahora era diferente, porque en todas las mujeres la buscaba a ella, y no la encontraba, se sentía vacío. Se maldijo mil veces por no haber sabido apreciar el amor que ella siempre había sentido hacia él durante tanto tiempo. Caían lágrimas de sus ojos, no se lo podía creer, lloraba por una mujer, lloraba por amor, lloraba por ella. Cogió su móvil, trago saliva y le mando un último mensaje: ” Te echo de menos, y te necesito a mi lado ahora y siempre, nunca pensé que yo dijera esto, pero no soy feliz sin ti a mi lado. Te debí querer menos y quererte mejor, siempre te voy a estar esperando pequeña...”

 Y una vez más, no hubo contestación...

Él era de muchas, ella solo de uno.