jueves, 25 de noviembre de 2010

Esperanza

Solo me queda una foto,

Solo queda un te quiero

Solo me queda un recuerdo,

Solo me queda el consuelo de ver tu reflejo

Al otro lado de la luna

Siempre buscando una razón,

Siempre tratando de hallar una explicación

Queriendo encontrar la conexión

Siempre mirando el firmamento

Esperando recibir la señal

Que nos vuelva a rencontrar

Siempre peregne,

Siempre tenue,

Siempre esperanzada en los

Te quiero de un e.mail.

Marcador

Cae la noche

Y es imposible parar las agujas del reloj

El minutero avanza,

Las horas pasan y no te siento

Ya no escucho los latidos de nuestro corazon

en sincronización

No te das cuenta que si no te veo,

que si te vas y no vuelves nunca mas

Me falta el aliento.

Poema XXV

Quiero encontrarte

Quiero decirte lo que siento

Quiero que sepas que este sentimiento

Me carcome por dentro.

No sé lo que me pasa cuando estoy contigo

Te miro, te pienso, nos acompaña el silencio

Y ya no existen hadas, solo esta de testigo

La luna y mi alma enamorada.

Habrá que darle tiempo al tiempo

Y no es por falta de gusto, de amor

O que no exista un sentimiento

Pues sabes bien que estas impregnado

en mi mente, en mi alma y en mi corazón.

Quiero encontrarte, sentirte cerca

Sin presionarte, darte una respuesta

Sin utilizar palabras y besarte.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Una gran Muralla

El Parque de la Muralla, es un exitoso caso de renovación urbana en un frente ribereño, y al mismo tiempo un esfuerzo por recuperar y mostrar el patrimonio histórico de la ciudad.

Caminar por Lima “la gris” significa convivir con el ruido ensordecedor de los claxon y la humareda plomiza de los vehículos que diariamente enfurecen y generan dolor de cabeza a más de un peatón. Las avenidas aunque hoy en día ya con más iluminación, son refugio de los amigos de lo ajeno que aprovechan cualquier distracción para apoderarse de lo que nos pertenece.

Lima es la ciudad donde se mezcla gente muy diversa, una combinación de culturas. Pese a ello las tapadas de fino pie que recorrían Jirón de la Unión quedaron en el pasado así como también los virreyes en calesa, o aquellos sonrientes pregoneros que le daban otro enfoque a nuestra capital.

La Lima de hoy tiene diversos contrastes como, los románticos balcones de estirpe mora que van siendo carcomidos por las polillas; las pistas que son cada vez más difíciles de transitar debido al incremento de automóviles, las viejas casonas y patios solariegos que siguen formando parte de la famosas “quintas” del Rímac y Barrios Altos aunque ya casi en escombros.

Pero en nuestra capital también tenemos un valioso espacio público, una antigua muralla que fue construida a base de muros y bastiones para proteger a la ciudad de los piratas y de los ataques de los enemigos de la corona española en el siglo XVII.

La antigua muralla fue recuperada como parte del proyecto de recuperación de la margen izquierda de la ribera del río Rímac y fue convertida en lo que es, el nuevo Parque de la Muralla ubicado a la altura de la Plaza Mayor de Lima, justo a las espaldas del Palacio de Gobierno.

En los últimos años, Lima ha conocido un saludable esfuerzo por recuperar el área del río en su centro histórico. El primer paso en este sentido fue recuperar el área llamada Polvos Azules, a espaldas de Palacio de Gobierno, una zona de mercadillos bastante deteriorada, para realizar allí un parque al lado del río: la Alameda Chabuca Granda.

Para continuar ese proceso de recuperación ambiental y social al lado del Río Rímac y ante la disponibilidad de un terreno propiedad de la Policía Nacional, a espaldas del convento de San Francisco y frente a la vía férrea, el actual alcalde Luis Castañeda pensó hacer allí un parque con unas fuentes.

La muralla abarcó desde la zona hoy recuperada hasta Monserrate en pleno centro de la ciudad, incluyendo la actual avenida Grau. Los trabajos para la construcción de una vía expresa en esa avenida pusieron al descubierto algunos vestigios.

En los Barrios Altos se encuentran partes de la muralla en buen estado de conservación, por la zona de la Plazuela del Cercado y por el camal de Conchucos donde se encuentra lo que fuese el Bastión de Santa Lucía, uno de los puntos de vigilancia de la muralla donde actualmente funciona un complejo deportivo.

Lo que queda de la Muralla en Conchucos, se conserva bien gracias a la Parroquia Santiago Apóstol, institución religiosa que la protege.

Al continuar con nuestro recorrido por el complejo turístico ya no nos topamos con damiselas vestidas de encaje y de tacos aguja; ni con distinguidos caballeros con gorro de copa y bastón en mano, pero si podemos dejarnos deslumbrar por cantantes y bailarinas que no solo nos dejan sorprendidos por su belleza, sino también por su talento.

Partiendo de la premisa que el "rock es cultura" , la Subgerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima organiza los fines de semana Festivales de Rock en el Parque de la Muralla, donde el público no solo puede disfrutar de las bandas sino que también puede adquirir material musical de cada uno de ellos.

De esta manera se busca promover la cultura a través de la música ya que el público limeño puede disfrutar de una larga jornada de buena música gratuitamente. Estos eventos no sólo están dirigidos a los jóvenes sino que se espera que se conviertan en espectáculos familiares.

Todos los fines de semana se realizan presentaciones de canto, baile al aire libre, y se desarrollan una serie de exposiciones y foros donde diversos artistas de distintas zonas de nuestro Perú acuden a mostrarnos su talento, los integrantes del ballet Municipal de Lima.

Con un área de 25 000 m2 y 6000 m2 de áreas verdes, el nuevo Parque de la Muralla se desarrolla en dos plataformas, que dan cuenta del volumen de excavación entre ambos niveles de las mismas.

Asimismo, se puede hacer un recorrido imaginario por la historia ya que posee un museo de sitio que exhibe las piezas arqueológicas halladas en la zona, dándole un carácter cultural e histórico al centro de esparcimiento y se interactúa visualmente con el paisaje fluvial.

El nivel superior balconea hacia el río y permite observar restos de la muralla y de antiguas edificaciones de vivienda. Partiendo de un jardín circular el espacio es una concatenación de pequeñas placitas unidas por una pérgola de madera que evoca la ligera arquitectura de la costa peruana.

El nivel inferior es una explanada desde la que se puede acceder a equipamientos complementarios al parque, como un restaurante y un pequeño museo. Es notable que a pesar del lenguaje contemporáneo elegido por los autores, la arquitectura no busca protagonismo sino se subsume al aterrazado.

Si bien el uso de taludes evoca a códigos arquitectónicos de muralla, la sobriedad en los edificios no cae en estilismos ni modas sino más bien escoge un vocabulario atemporal

Este nivel es contiguo a la línea del tren, por lo que es posible gozar del espectáculo del paso del tren a la sierra. El tema del tren ha sido incorporado al parque con este lúdico elemento infantil. A su lado discurre el tren de verdad.

En el Parque de la Muralla, hoy descansa una estatua que representa a un conquistador anónimo.

Sin embargo, son muchos los detalles de la estatua que no concuerdan con la imagen de los conquistadores españoles, pero lo más curioso es la enardecida controversia entre quienes sostenían que no debía mantenerse la efigie del destructor del imperio incaico y otros.

El nuevo Parque de la Muralla está lleno de ritmo, color y sabor. El ritmo se contagia a kilómetros de distancia al oír el resonar de los cajones. El sabor cautiva cualquier paladar ya que se puede degustar de diversos manjares como anticuchos, picarones, salchipapas, etc.

En tanto, el color nos cautiva desde el momento en el que ingresamos y apreciamos los diversos jardines, la hermosa vista de la ciudad desde los diferentes balcones, las piletas y las luces que reflejan la majestuosa ciudad de Lima.

Fotografías, maquetas, ilustraciones y presentaciones teatrales son parte de este universo buscando analizar la relación del habitante con el espacio público y enriquecer el debate sobre lo que deseamos como ciudad para las próximas décadas.